miércoles, 1 de julio de 2015

La mayor apuesta de la historia

Todos tenemos en la cabeza el cliché de la partida de póquer en las películas de espías o de gangsters: en algún momento de la partida, se empiezan a subir las apuestas a cantidades mareantes entre planos de las mejores poker faces de los actores. Sólo los grandes héroes y villanos son capaces de resistir la tensión cuando hay millones de dólares encima de la mesa.

Pues en mi humilde opinión eso es miserable calderilla comparado con lo que se está moviendo en la timba griega. Sí, he dicho timba y me mantengo. Ahí cada uno intenta llevarse todo el dinero que puede con las cartas que tiene en la mano, y lo hace a base de ocultarlas y mostrarlas según vayan haciendo los demás.

Con una ligera diferencia: aquí Tsipras se ha lanzado un farol de 1.600 millones de euros. Entre el FMI y Merkel se lo han visto y han subido la apuesta a 7.200 millones de euros. Estamos en el punto de la película en el que la cámara va pasando de cara en cara y el espectador intenta escudriñar cuál será el siguiente movimiento. Sólo que la apuesta es 100 veces más alta, por ejemplo, que en Casino Royale, y ahí hasta el mismísimo James Bond empezaba a sudar el esmoquin. Supongo que por eso Tsipras y Varoufakis no llevan corbata.

El caso es que el tema de la bancarrota no es nada nuevo. Si vemos la lista países en bancarrota de los últimos siglos (en los que España tiene el record absoluto) vemos que no es algo tan raro. Lo que nos llama la atención es que nos toque al lado de casa y los pobres jubilados que hacen cola se parezcan mucho a los nuestros, que tenemos a un Tsipras con coleta aspirante a presidente y que no nos queremos quedar sin yogur griego.

Además, que sea Grecia el país en cuestión da mucho juego: que si  tragedia griega, que si el "dracmón", que si Leónidas levantase la cabeza, que si a Varoufakis le van a hacer un griego, que si "Grexit" (¿aún no han ejecutado que inventó la palabra?)



Para rematar el sesudo análisis: todos mienten. Los griegos quieren dinero pero no quieren pagar. Los del FMI quieren que les devuelvan un poco de dinero hoy para prestarles más mañana. Los alemanes quien que juguemos juntos, pero el balón es suyo. El caso es que en una mesa de póquer siempre hay un pardillo. Y si no sabes quién es, entonces el pardillo eres tú, ciudadano europeo (y no, no vale decir que el pardillo es Rajoy).

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