lunes, 12 de noviembre de 2007

Redes sociales

Parte de mi trabajo consiste en investigar, evaluar y destripar todo lo que sean nuevas tecnologías y tengan algún tipo de aplicación práctica, que contrariamente a lo que se pueda pensar, tampoco son tantas. No porque las innovaciones sean malas sino porque las aplicacion es al final son difíciles de adaptar.

Una de las cosas de las que se habla mucho últimamente es lo que se ha dado por acuñar como Web 2.0. Seguro que a muchos ya os sonará, de hecho uno de los ejemplos más nombrados es precisamente el de los blogs.

¿Qué queréis que os diga? No acabo de ver tanta diferencia entre un blog y cualquiera de los foros que teníamos hace unos añitos. Y no he vuelto a ver una comunidad virtual del tamaño del antiguo Planetarion (*snif*) si exceptuamos el famoso Second Life. Por no decir que Youtube no deja de ser una videoteca y Flickr un álbum de fotos.

Lo que sí me llama la atención es el concepto de redes sociales, comunidades de usuarios que se comportan como seres vivos, mutando y evolucionando según el comportamiento de cada individuo; naciendo, creciendo, desapareciendo, cambiando ...

Y puestos a ello, os propongo un experimento, un divertimento, un pasatiempo. Hagamos una historia. La idea es poner un párrafo cada uno, o una línea, o una palabra, o pasar de mí ampliamente.

La cosa empieza así: "Ya se notaba que el invierno estaba cerca, empezaba a refrescar y se hacía de noche muy pronto. Me olvidé de todo eso en cuanto por fin encontré un sitio para aparcar. Dejé el coche, me bajé y ..."

50 comentarios:

JoTaBLoG dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Petrosky dijo...

Pero cuando llegué a casa, con una botella de vino en una mano y un ramo de flores en la otra, abrí la puerta y....

Dragomira dijo...

cual fue mi sorpresa al observar que el cariño que mi mujer profesaba al Gran Danés que se compró por navidades era...

Diancecht dijo...

poco comparado con el platónico amor que yo le profesaba a a ella

SpiderfromMars dijo...

Y como soy un hombre que se viste por los pies, me quedé mirándolos de hito en hito, callado, intentando conservar el resto de dignidad herida que me quedaba.Cual fue mi sorpresa cuando Sultán (así se llamaba el can)....

Diógenes de Babilonia dijo...

... entró en la habitación enarbolando una inusitada felicidad, que profesaba únicamente al pérfido intruso. Poco después, guiándose por su hocico, se dirigió al armario empotrado; y yo, intuyendo lo que habría de ver allí dentro, abrí la puerta...

Diancecht dijo...

para descubrir mi error, para descubrir que no estaba preparado para asimilar el espectáculo que se mostraba ante mis ojos, para ver como ...

Petrosky dijo...

un jodido ratón se había atrincherado encima de mi camiseta de Judas Priest...

Dragomira dijo...

...y me miraba a los ojos fijamente...y eran los mismos ojos con los que me miraba mi difunta abuela...

Diancecht dijo...

Me quedé petrificado, sin reacción, mirando fijamente a aquel pequeño roedor. Una gota de sudor helado recorrió mi espalda cuando empezó a hablar, diciendo ...

Diógenes de Babilonia dijo...

-Las vacas del pueblu ya s'han escapaaaaau...

Y llevándome las manos a los cuernos, repliqué:

Dragomira dijo...

"Fue la primera canción que me enseñaste, abuelita...", mientras una lágrima me resbalaba por la mejilla, al pensar en aquel día en que, sentados al borde del fuego de la cocina...

Petrosky dijo...

me dijo que siempre estaría a mi lado cuidándome.

Dawidh dijo...

...y aquella buena mujer no mintio; ya que de nuevo estaba a mi lado, esta vez en el cuerpo de aquel pequeño ratón que me miraba desde el pecho mi camiseta preferida

Diancecht dijo...

Vi por el rabillo del ojo como Sultán había dejado de embestir a mi mujer para poner sus ojos en el pequeño ratoncillo que asomaba tímidamente en el armario ...

Anónimo dijo...

...y justo cuando el enorme perro avanzaba lenta pero inexorablemente hacia la reencarnacion de mi abuela con la mirada lasciva y su verga perruna semierecta y aun empapada de los flujos vaginales de mi señora...Me desperte! Por supuesto empapado en sudor. Mire la hora en el despertador de la mesilla y comprobe que eran las dos de la mañana. Hacia calor en la habitacion. Pense que probablemente me habia dejado encendida la calefaccion al irme a dormir y debido a la incomodidad derivada del excesivo calor habia tenido la pesadilla mas extraña de toda mi vida.
Aunque la cosa no dejaba de tener su gracia... escena tipica de infidelidad, el perro, el armario, mi abuela...¿que narices pintaria mi abuela reencarnada en raton?; en fin, cosas del subconsciente, me dije a mi mismo mientras me acomodaba en mi lado de la cama procurando no hacer demasiados movimientos para no despertar a mi mujer, la cual parecia que no se habia enterado de nada y seguia durmiendo tan tranquila.
De repente me di cuenta de que al despertarme me habia sobresaltado demasiado para que no se hubiese dado cuenta y lentamente gire la cabeza hacia donde ella dormia, mis pupilas ya se habían acostumbrado al leve resplandor verde emitido por el reloj digital donde acababa de mirar la hora, pude ver su pelo asomando por la sabana que le cubria la cara, acerque la mano y con suavidad retire la tela...

Dawidh dijo...

Y bajo la sabana de satén rosa se encontraba mi mujer, aquella de la que me enamore en mi años de juventud; aquella que me había jurado amor eterno.

Mi mano recorrió los escasos centímetros que nos separaban para posarse en su pierna desnuda. La acaricie con suavidad, pero ella allí inmóvil no se percató.

Decidí levantarme a tomar un vaso de agua, ya que la pesadilla había secado mi boca. Cuando recorría el pasillo Sultán levantó su hocico del suelo, y con cara distante me miró. Mientas mi mano diestra acariciaba al can la siniestra empujaba la puerta de la cocina…

Diógenes de Babilonia dijo...

... y dentro hallé a mi abuela, sentada sobre su mecedora de mimbre, mirando absorta el plácido baile de las llamas de fuego de nuestra chimenea. Y justo a sus pies, mordisqueando con indiferencia un trocito de queso, se encontraba un pequeño ratón.

-He soñado con usted, abuela -le dije desperezándome.

Dawidh dijo...

no consciente de que mi abuela había abandonado este terrenal mundo hacía un par de años.

Abrí la puerta de la nevera y tome la botella de agua. A medida que la boca de la misma se acercaba a la mía era más consciente y justo cuando su boca toco mis labios sentí aquel frio que recorrió mi espalda a la misma velocidad que un rayo recorre el cielo en una noche de tormenta. Dejé caer la botella y gire mi cuerpo hacía la mecedora que aun se balanceaba pero allí no quedaba rastro ni de mi difunta yaya ni de su burlón roedor…

Diógenes de Babilonia dijo...

Poco después apareció mi esposa, y no pudo menos que reprenderme con su más detestable enojo matutino al ver fluyendo el Sousas a lo largo de la gélida baldosa de la cocina.

No obstante, yo proseguía con los ojos clavados sobre la mecedora, ya inmóvil, y comencé a preguntarme por qué el fuego de la chimenea estaba encendido.

Diancecht dijo...

Las llamabas jugueteaban alegremente entre los troncos y el rítmico crepitar daba cierto aire hogareño a la desangelada cocina.

El atizador se balanceaba suavemente sobre su soporte, como si alguien lo hubiese movido.

Absorto, me pareció ver por el rabillo del ojo ...

El Señor No Puedo dijo...

"El joven vestido de negro que me miraba fijamente mientras caminaba detrás de mí,la teoría darwiniana de mantener despierta esta comunidad muerta..." escrito en un post-it pegado sobre la encimera. Lo despegué, pensé en la gran gilipollez que había escrito allí, lo estrujé y lo arrojé a una esquina. Me di la vuelta y...

Anónimo dijo...

...volvi a la cama.
A la mañana siguiente me desperte como siempre, cinco minutos antes de que sonara el despertador.
Lo apague, me levante de la cama con la pesadez de no haber descansado lo suficiente esa noche y me dirigi al baño para darme una ducha.
Mientras me afeitaba, pense en la reunion con los alemanes...la empresa no iba todo lo bien que se esperaba y la directiva tenia la intencion de ser absorbida de la manera mas beneficiosa para sus intereses, y ahi entraba en juego yo. A mis treinta y ocho años, con una licenciatura en economia y varios masters, cursados en el extranjero, llevaba el control del departamento de expansion internacional en la empresa, y como tal, debia intentar que los negociadores que enviaba la multinacional que pretendia absorbernos se sintieran lo mas comodos posible y dispuestos a conceder unas condiciones mejores que las iniciales.
No seria demasiado complicado, un poco de material audiovisual, que si - observen ustedes estos balances...como veran en la pagina 23 del dossier...todo bien maquillado y con la parafernalia oportuna funcionaria a la perfeccion; no era eso lo que me preocupaba.
Lo que en realidad ocupaba mis pensamientos era que...

Petrosky dijo...

notaba que estaba perdiendo el control, el estrés estaba acabando conmigo y apenas dormía. No era por la absorción de la empresa sino por los extraños sucesos de cada noche que en principio atribuía a los sueños, a veces pesadillas, pero que cada vez resultaban más reales...

Diancecht dijo...

en mi vida siempre había tenido todo bajo control, había calculado cada uno de mis pasos. Sí, me había costado, pero estaba donde yo quería, tenía todo lo que había deseado.

Y ahora esto me sacaba de mis casillas, nublaba mi juicio, hacía peligrar todo aquello por lo que había luchado.

Intenté resistirme, buscar todas las soluciones a mi alcance, pero el problema estaba dentro de mí. Grité, me desesperé, lloré ... y al final me resigné.

Sólo había una persona que pudiese ayudarme, después de tantos años, y esa persona era ...

SpiderfromMars dijo...

Carmen de Mairena, por supuesto

Dawidh dijo...

"¿Carmen de Mairena?!" me dije... "Pero en que coño estaré pensando esta mañana"; "piensa en la reunión, piensa en la reunión" me repetía constantemente.

Entre como de costumbre en el despecho; salude a María, mi secretaria desde hacía un par de años, era una chica joven, supongo que unos 23, la verdad nunca me había importando su edad. Entre en el despacho y de deje caer sobre mi silla… mire al techo y respire profundamente en el mismo instante que María entregaba en el despacho con su bloc de notas en la mano izquierda y esa dulce sonrisa que estaba impresa en su cara.

“Buenos días señor García, ¿qué tal el fin de semana?”, mientras respondía a su pregunta en mi interior pensaba que ella lo único que me gustaba de mi trabajo.

Diancecht dijo...

Parece mentira como en medio de una oficina gris y desangelada, ella ponía una nota de alegría y color capaz de contagiar a todo es montón de gráficos, informes y reuniones insulsas.

De repente caí en un pequeño detalle. Compartía con ella mi día a día, mis largas horas de oficina, mis preocupaciones, mis tareas diarias. Durante años.

Muchos días, muchas horas, formaba parte de mi vida y sin embargo nunca aparecía en mis sueños ...

Diancecht dijo...

Al menos en mis malos sueños. Porque a veces me sorprendía a mí mismo mirando al infinito, ensimismado en mis ensoñaciones de horario laboral, y pensando en ella.

Tal vez no era la chica más guapa del mundo, pero aquella sonrisa de ocultaba tras sus rizos castaños parecía iluminar mi despacho como un ejército de luces de neón.

Volví a la cruda realidad. El día pasó sin pena ni gloria, que no es poco. Al salir de la oficina, tarde como siempre, no tenía ganas de volver a casa, sentía un extraño consquilleo en el estómago. Instintivamente detuve el coche y aparqué enfrente de un bar que no conocía, pero cuyas luces azules me atraían como una bombilla a un mosquito.

Pedí mi JB con cola, y al girar la cabeza pude ver ...

Dawidh dijo...

Al fondo del local vi una vieja jukebox, me levante de mi taburete y recorrí los escasos metros que me separaban de la máquina. Busque en mi bolsillo y encontré una moneda, sin dudarlo dos veces la introduje en la juke y pulse al azar una cuantas teclas.

Gire sin escuchar lo que sonaba y en ese mismo momento la vi, allí sentada, sola, fumando, con unas piernas interminables y unos zapatos negros de esos que solo puedes llevar si te gusta caminar al filo de la navaja. Me senté a su lado y le dije hola pero como respuesta obtuve su mirada de desprecio. Clavé los ojos en mi copa y a los pocos minutos escuche: “perdona, ¿tienes fuego?”, ahora era yo quien la miraba a ella y sin decirle nada deje mi zippo en barra. Encendió el último pitillo y:

- Perdona, ha sido un mal día – me dijo mientras expulsaba el humo de la última calada

- No pasa nada, todos tenemos malos días – respondí sin levantar los ojos de mi copa

Nos tomamos otra copa, hablamos y nos tomamos otra copa o quizás unas cuantas más. Cuando salimos abrazados del local sonaba Quique González en la vieja jukebox

Anónimo dijo...

... Jamas volveria a verla.
En los siguientes meses se sucedieron una serie de acontecimientos que terminarian de asentarme en una inmejorable posicion en la empresa; y asi pude dedicarle mas tiempo a mi futura familia, ya que mi mujer se habia quedado embarazada hacia ya ocho semanas y yo, como futuro padre preocupado, le prometi pasar mas tiempo en casa del habitual.
Fue a principios de Septiembre, cuando llego la carta. Era sabado y mientras estaba segando el cesped de la entrada, recorde que no habia recogido el correo el dia anterior, asi que me acerque al buzon y ya antes de abrirlo pude ver que habia algo en su interior. Lo abri y cogi el sobre blanco. Carecia de membretes de ningun tipo y solo llevaba escrito en su anverso mi nombre y por detras una serie de numeros separados entre si por un espacio en blanco: 1, 2, 8 y 13.
Al principio crei que se trataba de una estrategia publicitaria y no le di importancia. Meti el sobre en mi bolsillo, acabe de segar y tras recoger los aperos, darme una ducha y ver si mi mujer se encontraba mejor (ya que llevaba una semana con gripe), me dirigi al despacho donde habia dejado la carta con algunas revistas que tenia por leer.
Me arrebuje en el butacon de piel y saque del humidor un Partagas. Tras el ritual del encendido y el ensimismamiento producido al observar el humo de las primeras bocanadas, apoye el cigarro y abri el sobre.
Dentro, en un unico folio blanco podia leerse...

Diancecht dijo...

"Soy el guardián de tus sueños ...

Diancecht dijo...

soy la sombra y soy la luz
enfermedad y salud
testigo de tus empeños

Soy el principio y el fin
Soy alegría y tristeza
Soy humildad y nobleza
Soy libélula y mastín ...

Dawidh dijo...

Siempre he odiado esas cartas en cadena y todas tenían el mismo destino: mi papelera. De nuevo tome el Partagas de nuevo note su sabor llenando mi boca, expulse el humo y me dirigí al mueble bar. Cogí una copa y eche un poco de Chivas. “Quien me diría a mí, cuando tenía veinte o unos pocos más, que llegaría a fumarme el mejor habano y beber el mejor whisky…” me quede ensimismado en mis pensamientos recordando mi juventud, mi primer estudio, los cafés en los que la política era el tema fundamental donde hablábamos de ideales, los cuales, la mayoría hemos perdido...

Diancecht dijo...

¿los hemos perdido o los hemos vendido? Ah, que fácil era todo cuando no tenías nada que perder. Sin responsabilidades, sin preocupaciones, sin la fría experiencia que te da la vida.

La siguiente calada disipó mis pensamientos casi tan rápido como el humo lo hizo al sonar el timbre de la puerta ...

Anónimo dijo...

...Apoye el cigarro con delicadeza en el cenicero y me dirigi a abrir la puerta.
Mientras bajaba por la escalera volvieron a llamar al timbre dos veces mas. Me extraño tanta insistencia y apresure un poco el paso.
Abri la puerta pero alli no habia nadie...
Sali un poco hasta el porche para comprobar que efectivamente alli no habia nadie; volvi a meterme en casa y mientras cerraba la puerta me asalto la terrible sensacion de que habia alguien que me observaba.
Apague las luces de la planta baja y fui a ver como se encontraba mi mujer...

Diancecht dijo...

La encontré en el piso de arriba, de espaldas a la puerta, mirando por la ventan. La llamé pero no pareció inmutarse. Cuando me acerqué y le toqué el hombro no reaccionó.

Le miré a la cara. Tenía la tez palidecida, la expresión paralizada, los ojos desorbitados. Miraba fijamente por la ventana. Dirigí mi mirada hacia el mismo punto y quedé petrificador al ver ..

Anónimo dijo...

...que la imagen de mi mujer no se veía reflejada en el cristal de la ventana... La mía era nítida, reflejo exacto de mi cuerpo, pero la de ella...

Dawidh dijo...

...ella no estaba.

El armario, la comoda, la cama... Toda la jodida habitación menos ella.

Acerque mi mano a su cadera, y allí estaba; mientras que en el cristal seguía sin aparecer.

En ese preciso instante...

Anónimo dijo...

...recordé las historias de Walpurgis que siendo niño me habían aterrorizado... los pasajes oscuros y tenebrosos del castillo de Vlatna, en cuyos espejos, los cuerpos de los desdichados endemoniados nunca se reflejaban.

Recordé también un episodio de Los Simpsons, en el que Bart vende su alma a Milhouse, y queda éste desangelado, vacío y frío, vagando por Springfield sin emociones...

Diancecht dijo...

Y así se había quedado la mirada de Sara, totalmente vacía, como si hubiesen arrancado de su ser todo lo que llevaba dentro. Sólo parecía concentrarse una y otra vez en ese punto allá afuera.

De repente, se movió. Como un espectro, se abrió la ventana y señaló al jardín.

Me miró. No reconocía la mirada dulce y profunda que he había enamorado una y otra vez. No veía el reflejo del mar en aquellos ojos color miel. Ya no era su mirada.

Era una mirada de horror, de pánico, de súplica, parecía querer decirme algo en su interior, pero sólo podía señalar al jardín.

Siguiendo su dedo, por fin vi lo que me quería hacer ver:

Anónimo dijo...

...Alli, en el jardín antes verde y bien cuidado, crecian por doquier las malas hierbas. La herrumbre campaba a sus anchas por la desvencijada reja de la entrada y de lo que en tiempos fue un buzón no quedaba mas que una estaca tronchada que parecia un infernal dedo apuntando al negro cielo nocturno.
Mi mujer ya no estaba a mi lado en la habitacion y, desde la ventana, pude ver como salia en camison de la casa como hipnotizada, caminando con sus pies descalzos entre los hierbajos del jardin, hacia la calle.
Donde antes habia una calle ancha con grandes aceras y arboles perfectamente podados, habia ahora grandes rocas que parecian formar un acantilado hacia el que mi mujer se dirigia con paso lento pero continuo.
La llame y me fallo la voz...estaba mudo, intente golpear la ventana para llamar su atencion pero fue inutil ya que los brazos pesaban como si en vez de carne estuviesen compuestos de plomo y la ventana parecia indestructible.
Trate nuevamente de gritar y seguia sin voz, el unico grito que podia proferir estaba en mi cabeza pero no era capaz de proferirlo con mi garganta la cual parecia incapaz de reaccionar.
Las lagrimas empezaron a resbalar por mis mejillas cuando ella alcanzando el borde del abismo se giro, me miro con los mismos ojos con que me habia mirado antes en la habitacion y sin despegar los labios se dejo caer al abismo que yo podia ver perfectamente, pues estaba al borde del mismo viendo como caia durante largo tiempo para al final perderse entre la bruma que cubria un abismo que no parecia tener fin.
Desperte llorando y envuelto en sudor frio, las pesadillas habian regresado...

Anónimo dijo...

a mi mente empujadas por el alucinógeno humo de ese maldito Partagás, a buen seguro en mal estado, que mi cuñado Emiliano repartió el día de su boda.
Maldito día, porque hasta ese día mi vida había sido...

Anónimo dijo...

un camino de rosas. ¡Qué digo camino!, un lecho de rosas tapizado por nubes de algodón, donde Paquita era la dueña y señora de nuestras organizadas vidas y pulcra casa.

Pero Emiliano se la llevó...y ahora todo era sórdido: Clara, totalmente ida poseida por el Diazepán, perseguía fantasmas por el descuidado jardin, los ratones campaban a sus anchas por los armarios.
Hasta el perro, había perdido el Norte.
¡Cómo extrañábamos todos a Paquita!

Diancecht dijo...

Había sido como una madre para nosotros, esa figura que hablaba en silencio y se expresaba sin palabras. Esos ojos oscuros y profundos que reflejaban la vida de sacrificio pero que aún brillaban de ilusión.

Pero se había ido. Un día soleado de primavera, un día de cantos de pájaro y olor a jazmín. Ese día nos dejó desamparados, huérfanos, como cachorros fuera de su madriguera.

Si ella estuviera aquí ... Pero no estaba, y mis pesadillas no ocultaban la realidad de que mi mujer estaba en el jardín. Yo necesitaba un poco de aire fresco, así que salí a buscarla ...

Claire de la Framboise dijo...

Me puse la chaqueta y cogí sus botas y una manta para arroparla cuando la encontrara descalza y aterida, temblando bajo el relente de la noche. Había repetido tantas veces estos movimientos que ya los hacía de manera mecánica.

Aún podía recordar la primera noche que salí en su busca, tan apresurado y con tan poco tiempo para pensar, que no reparé en coger nada, sólo me cegaba la prisa de encontrarla. Ahora, con la lección aprendida, llevaba hasta una linterna en el bolsillo de la chaqueta para vislumbrar el camino que conducía desde el jardín de casa, hasta el acantilado, seguro de que ésa era la dirección que ella había tomado.

Una brisa suave y fresca me rozaba la cara, era una sensación agradable que contrastaba con el calor que me inundaba y que me hizo recordar otras noches en esos mismos acantilados...

Diancecht dijo...

Siempre he había parecido un lugar mágico, especial, un lugar donde el mundo parecía haberse detenido en la batalla milenaria entre las incansables olas y la pétrea muralla de afiladas rocas.

Recordaba el mismo paisaje desde mi más tierna infancia, impertérrito, sin el más mínimo cambio. Yo había cambiado, la vida había dado muchas vueltas, pero siempre que volvía a aquellas rocas, siempre que la brisa salitrada azotaba mis mejillas volvía a ser aquel niño de mejillas sonrosadas que un día conoció el mar ...

Anónimo dijo...

Seis meses despues toda mi vida habia dado un giro de ciento ochenta grados. Despues de mi fallido tratamiento psiquiatrico, ella se vio obligada (segun sus propias palabras) a dejarme un tiempo para estar conmigo mismo; las fiestas y los abusos acabaron por hacerme perder mi empleo y los pocos amigos que me quedaban.
Hacia un par de semanas que estaba en aquella pension de mala muerte de Bilbao; no recordaba ni como habia llegado a la ciudad, pero el caso es que alli estaba y dado mi estado de solvencia no tendria mas remedio que quedarme aqui, al menos otro par de semanas.
Acababa de despertarme de la borrachera. Medio tumbado encima de la mesa con el cenicero rebosante, un par de billetes de diez y una botella de whisky barato a traves de la cual podia vislumbrar la puerta de la habitacion, por debajo de la cual alguien acababa de introducir un sobre...

Maz dijo...

Lo cogí. Yo siempre lo cojo todo, hasta la gripe.

Carecía de membretes de ningún tipo y sólo llevaba escrito, en su anverso, mi nombre. Y por detrás una serie de números separados entre si por un espacio en blanco: 1, 2, 8 y 13.

Al principio creí que se trataba de una estrategia publicitaria y no le di importancia.

Dentro, en un único folio blanco podia leerse:

"Soy el guardián de tus sueños.
Soy la sombra y soy la luz
enfermedad y salud,
testigo de tus empeños.
Soy el principio y el fin.
Soy alegría y tristeza.
Soy humildad y nobleza.
Soy libélula y mastín."


-Ondiá... un déjà vu desos!

Diancecht dijo...

Ya no era el de antes, me había convertido en un pobre desgraciado que vagaba por el lado derecho de la ría al atardecer.

Intenté romper el letargo de mi cerebro pensando en aquellos números ...