viernes, 20 de abril de 2012

La naturaleza se rebela

Hay que ver como pasa el tiempo. A nada que te despistas, va la Tierra y da casi un par de vueltas alrededor del Sol. Afelios, perihelios, solsticios y equinoccios se suceden sin que te des mucha cuenta. Bueno, pues ya está bien de tanto barbecho, a escribir.

De hecho, no tengo muy claro por qué paré en su momento. Reconozco un sumo placer en dejar deslizar mis dedos suavemente por el teclado para ver aparecer poco a poco una sucesión de letras que se convierten en palabras y que se organizan en oraciones o desvaríos, según el día.

Lo que sí tengo claro es por qué he vuelto: estamos en peligro. La naturaleza se está rebelando. También se podría estar revelando, pero sería menos efectista. Creo que he detectado una conspiración a nivel mundial para acabar con nuestra especie. Si vemos los hechos uno a uno, parecen meras anécdotas sin importancia, pero unidas desvelan el inquietante rompecabezas de nuestra propia extinción.

Empecemos por Sudáfrica, donde el campeón mundial de bodyboard ha muerto atacado por un tiburón. No es nada que llame la atención. Un tío que se pasa la vida en el agua al lado de tiburones blancos tiene bastantes papeletas, pero imaginadlo desde la perspectiva del tiburón: es el rey del mar, el mayor depredador, 500 millones de años de historia de la evolución condensados en cuatro hileras de afilados dientes.

Pues nada, va el agua y se le llena de niñatos que parecen focas pero que no se pueden comer. Y aún encima se tiñen de rubio y hablan raro. Pues va y se harta, claro. Ñam, ñam y fin de la historia ... ¿o es sólo el comienzo?

Porque ahora nos vamos a Tokyo, donde seis osos han matado a varias personas. Esto ya es más serio, ¿no? Varios osos, en perfecta coordinación y siguiendo un plan claramente trazado. Y todo porque estaban hartos de que les diesen de comer coles de Bruselas en mal estado. De hecho la noticia ya habla de "osos marrones", es decir, da la descripción física para que la policía pueda identificarlos. En una noticia de simpáticos animalitos habrían usado "osos pardos", pero en esta no. Algo saben que nos están ocultando. Imagino que seguirá habiendo incrédulos.

Bien, vamos de nuevo al otro lado del globo, concretamente hasta Chicago, a las orillas del lago Michigan, donde un cisne ha matado a un hombre. Sí, sí, un cisne. Ese simpático patito grande y blanco al que dábamos pan duro cuando éramos pequeños. Pues también se ha cansado de los pesados que iban con la canoíta a dar palazos en la tranquilidad de su lago.

Ha pasado a la acción.

Y además es un ataque inteligente, diridido a la concencia colectiva de la humanidad. Porque en los casos anteriores tu dignidad queda intacta, como deportista extremo o como abnegado trabajador, pero si te mata un cisne la cosa cambia: eres el hazmerreír de medio mundo, tu familia te entierra en una escombrera y en la mente colectiva de la humanidad se empieza a imbuír la idea de nuestra inferioridad de condiciones frente a los animales más insignificantes.

¿Realmente aún no os lo creéis? ¿Qué es lo que hace falta para abriros los ojos? Hoy mismo he visto esta noticia de un cachalote varado. A mí no me engañan, no. Sé que lo interceptaron mientras intentaba un ataque anfibio, pero nos lo quieren ocultar una vez más.

Sí, sí, llamadme paranoico, ya veremos si os acordais de mí cuando una bandada de furiosos estorninos rompa el parapeto que habeis construido con el sofá del salón en un último y desesperado intento de defender vuestro hogar.