Año Nuevo

Vida nueva, o eso dicen. Yo por mi parte espero seguir con la misma vida, con las mismas expectativas y objetivos, y con exactamente el mismo empuje y determinación que ayer o antes de ayer. Bueno, tengo una variación en el sempiterno objetivo de ponerme en forma, y es que estoy hinchado como una empanadilla de carne, pero vaya, tampoco ha cambiado tanto la cosa.

Hoy tengo esa sensación extraña de Año Nuevo, esa curiosa mezcla entre cansancio, satisfacción y melancolía. Cansancio por la fiesta desmedida, satisfacción por los reencuentros y melancolía por todo lo que ha pasado en el año que se va. A eso se une por supuesto la tremenda pereza de dejar las vacaciones y volver al tajo.

En fin, que tras este remanso de paz y tranquilidad volvemos a la jungla, al día a día, a la rutina de siempre. Haciendo un pequeño repaso a estos días de supuesta paz y felicidad, uno se encuentra noticias que hielan la sangre: gente quemada viva, atentados, familias asesinadas y cada vez me parece todo esto de la Navidad más artificial.

En fin, quedémonos con los propósitos y buenos deseos, que el resto ya vendrá.