- Tengo mi DNI electrónico: sí, después de mi entrada quejándome amargamente por el trato recibido, lo que he recibido es mi preciado documento. Eso sí, para haceros una idea de lo avanzado de los medios telemáticos, tuve que escribir yo mismo y a bolígrafo el "Recibí mi DNI número tal en tal sitio y a tal hora". Como lo oyen. El funcionario dictando y yo anotando.
- He recibido una carta certificada de la universidad con lo que imagino que será la notificación para que vaya a recibir el título. ¡Aleluya! Ahora queda la epopeya de ir a Correos a por la notificación y a la Universidad a por el título, que con los horarios de currante no es tan fácil
- He interceptado in extremis el ataque de un virus. Ellos también leen blogs.
Recuperado del ataque de euforia, os dejo un par de curiosidades.
Primero, el último método para aprender inglés. Lo imparte la profesora modelo, que no tiene la mejor de las pronuniciaciones, pero seguro que sabe captar la antención de sus alumnos. En esta lección profundiza en el significado de la palabra "naked", pero no como todos quisiéramos.
Otra interesante es el campeonato del mundo de carreras con sillas de oficina. El vídeo no tiene desperdicio. Como deporte no sé yo si llegará lejos, pero seguro que es una gran motivación para nuestra clase funcionarial, siempre hambrienta de actividades de amenicen su desoladora jornada laboral entre visita al bar y lectura de periódico.
Y de postre os dejo este curioso vídeo. Se supone que es el record mundial de triples consecutivos, en poder de Fred Newman, un simpático abuelete 66 años que se ha marcado nada más y nada menos que 209 triples consecutivos. Yo no sé, pero si me fijo me da la impresión que es el mismo tiro una y otra vez. Juzguen ustedes mismos.
2 comentarios:
DNI electrónico? que antiguo eres!
Yo ya tengo lo último, el de cartón plastificado. Es total.
Es mi verdadero yo. Es tan yo, que yo sin él no soy yo, vaya, que yo no soy yo sin él (que es lo mismo, valga la rebuznancia).
Fíjate que a mí me para un poli, me pide que me identifique, y en vez de identificarme con mi yo carnal me he de identificar con un cacho cartón pintado que dice que yo soy yo, y no otro. Y eso duele, que tenga más veracidad la fotocopia plastificada que yo, persona única e irrepetible.
Espero que el electrónico no sea tan arrogante, por el bien de todos.
Pues es como todo, se supone que es maravilloso y hace mil cosas, pero yo aún no he sido capaz de hacer funcionar el maldito chip.
Lo que sí resulta curioso es que crean que es más difícil falsificar el carnet que falsificarme a mí. Si es que todo está montado para dar trabajo a los funcionarios.
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